29 de agosto de 2018

La otra economía. El viaje de Victoria.

“El descubrimiento de leyes generales en el campo de la economía se hace difícil por el hecho de que los fenómenos económicos observados se ven a menudo influidos por muchos factores que difícilmente pueden evaluarse de manera separada.” A. Einstein


Llegan las vacaciones y con ella la eterna pregunta: ¿Qué hacemos con nuestros niños, niñas y adolescentes? Y vienen una cantidad de respuestas que deben ser evaluadas por la familia. Unas propuestas vienen del mercado: escuelitas reforzadoras, cursos de preparación, campamentos, viajes organizados por empresas, todas estas con una gran cantidad de dinero para invertir. Otras vienen desde la familia in extenso, “enviamos a la menor con la tía Leonor y al mayor lo inscribimos en la escuela de fútbol del barrio”. Pero, realmente ¿es posible vacacionar hoy en nuestro país? Podemos movilizar nuestros sueños por hacer pasar a nuestros niños, niñas y adolescentes unas vacaciones diferentes? La situación económica pareciera decir, nanai nanai. Por eso digo, parafraseando a Churchill la economía es una cosa muy seria para dejarla sólo en manos de los economistas.

Ella es la mayor de cuatro hermanos, todos residentes de uno de los barrios mas grandes de mi ciudad natal. Va a estudiar 5to grado de primaria el año entrante, y su abuela, una asalariada venezolana, trabajadora de la empresa petrolera, ha decidido regalarle la oportunidad de conocer el litoral central de nuestro hermoso Estado Vargas, desde dónde su bisabuela emigró en búsqueda de una mejor vida hace bastante mas de cincuenta años. Por supuesto que la oferta de la abuela de Victoria resulta salvadora para la situación familiar, puesto que se imaginarán ustedes los malabares que deben hacer sus padres para criar estos cuatro muchachos, con la situación país que tenemos.
La abuela de Victoria se comunica con sus familiares de Vargas y cuadran todo para ser recibidas la tercera semana de julio. Ella, al ver la imposibilidad de viajar desde nuestra ciudad natal hacia Caracas, no hay lineas de autobuses que salgan directo, se cobra el pasaje en efectivo y en cifras de seis dígitos, sólo por mencionar dos pequeños factores, pide ayuda a este columnista, quien se encuentra en la capital del estado, para que averigüe el modus operandi del viaje desde el terminal de Maracaibo. Una primera visita al terminal me presenta un panorama no muy alentador, se los describo tal y como lo hice con la abuela de Victoria: La linea mas chic, esa que llega al este de la capital y que tiene terminal privado allá y aquí, cobra electrónicamente dos millones ochocientos mil bolívares por cada pasaje y su tasa de uso del terminal es de quinientos bolívares, en efectivo. Total tres millones trescientos mil bolívares. 
Dos lineas en el terminal cobran un millón seiscientos mil Bs por pasaje pero una de ellas solo le acepta transferencia a los diez primeros pasajeros, luego los demás deben pagar en efectivo, esto es un cumplimiento de reglas, es decir Cumplo y Miento. La otra si acepta 100% en transferencia, pero debe ser del mismo banco y sólo tienes la mañana para llegar con la transferencia impresa y así tendrás derecho a tu pasaje. Entregada la información, mi colega abuela prepara todo para viajar el sábado 21 de julio pasado. Llegamos al terminal antes de las 7:00 am y luego de esperar dos horas en la cola de las dos lineas nos informan: que el bus de la linea de los diez primeros puestos, ya vendió esos diez puestos así que tendrás que comprar el pasaje en efectivo. La segunda linea anuncia que su autobús llegó de la capital con cierta falla que amerita reparaciones, así que no podrán ofrecer el servicio hasta el lunes, pero que han habilitado otra unidad a la cual le venderán los boletos en la tarde pero en efectivo. Ya en una columna anterior expliqué que en el mercado de las Pulgas, apenas a cuatro cuadras del terminal, se puede comprar efectivo, pero a mi abuelita le hubiera costado de cuatro a cinco veces mas la cantidad necesaria para obtener el efectivo que pedían estas ¿empresas? privadas del transporte público. Un contacto que teníamos en el terminal privado de la linea mas chic nos informa que logró obtener el número 39 en el orden de llegada, recuerden que los autobuses tienen al menos 45 puestos y sin embargo no estuvo ni cerca de comprar un pasaje, por lo que entendemos que para comprar en esa linea, hay que pasar la noche en las afueras de su terminal privado. 
Mi colega abuela tiene que enfrentar a su nieta y decirle que es imposible viajar en estas circunstancias. La frustración de la niña fue muy evidente, por lo cual nos dispusimos a organizarle un tour por el centro de la capital del estado. Un cepillao en el parque de La Vereda (180.000 Bs. En efectivo), para ver de cerca al lago y de lejos al Puente, un almuerzo con su comida predilecta (9.000.000 Bs), una película de estreno en un cine (9.000.000 bs), con su consabido combo de cotufas y demás (10.000.000 Bs), una compra de regalos para ella y sus hermanitos en una tienda por departamentos (80.000.000 Bs), transporte (5.000.000 Bs) y una carrera con un casi anciano de 58 años que terminó lesionado, fue toda la inversión que tuvo que hacer la abuela de Victoria para librar el rostro de su nieta de la frustración económica de no existir una respuesta de la empresa privada al transporte público, esto último no tiene precio. Ahora que pensándolo bien, los gastos realizados por la abuela, también movilizan la economía y ponen circulante en el crecimiento de nuestro país. Hay otras maneras de vacacionar, definitivamente, y como consecuencia, otra forma de construir la economía. Hasta la próxima. Las críticas serán recibidas en profesormaximiano@gmail.com
Vea el artículo publicado en RDNdigital.com/economia

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